Curiosidades
¿Sabías que…?
Los Renault Siete TL y Renault 7 GTL fueron coche oficial de la Armada Española.
Hacia finales 1976 o primeros de 1977, empezaron a verse en las calles de Madrid, Cartagena, Marín, Cádiz y otros lugares donde está presente la Infantería de Marina, una serie de Renault Siete TL pertenecientes a la Armada Española. Se distinguían por su color gris marengo oscuro y por el letrero "ARMADA ESPAÑOLA" serigrafiado en blanco en la mitad izquierda superior del parabrisas.
Ya en 1981, otra serie, en este caso de Renault 7 GTL, en tono casi negro y sin ningún letrero, se incorporaron a la flota. En todos los casos, la matrícula era FN y un número de cuatro o cinco cifras. Es evidente que eran coches hechos para ellos "de encargo" pues esos colores no estuvieron nunca disponibles para el R-Siete o 7. Estos coches debieron estar en servicio hasta 1987-88, en que fueron sustituidos, creo, por Opel Corsa TR 4 puertas 1.2.
El manual de reparación oficial del Renault Siete, editado por FASA, indica que 47 vehículos cuyo número de fabricación estaba en torno al 38.400 fueron sacados de la línea de montaje y acabados “a mano” en lugar aparte. No da otra información, pero por la fecha que coincidiría con esos números de serie, podrían tratarse de los destinados a finales de 1976 a la Armada. No obstante, nada se dice al respecto de los Renault 7 GTL que posteriormente completaron la flota.
Renault Siete de la Armada en 1980
Renault Siete de la Armada en 1985
En los años 70 y 80 era típico actualizar los coches con piezas de series posteriores.
Para ponernos en situación, hay que entender que el número de modelos del mercado nacional en aquella época era bastante limitado, y a la vez, que era el bien más preciado que poseían muchas personas. Por ello, surge la personalización y con ella una industria auxiliar que aportaba muchas piezas hechas a medida para poner el coche a tu gusto (tapicerías, radios, ceniceros, cortinillas…)
Pero aquí de lo que estamos hablando es de la utilización de piezas de versiones más modernas del mismo modelo para actualizar el coche propio, algo a lo que ayudaba que cada modelo se mantenía durante largo tiempo en fabricación. El rey en esto era el Seat 600, que también era el modelo más común en nuestras carreteras, y algunos de ellos acababan siendo “multiversión” adoptando faros, pilotos, parachoques...
Pero el Renault Siete / 7, con sus dos épocas tan claramente diferenciadas, no se libró de esto, y son muchos los Renault Siete que se vieron y se siguen viendo con los pilotos del Renault 7, más grandes y con marcha atrás, cambio idéntico al que también recibieron, por ejemplo, muchos Renault 12. Curiosamente, algunos de los actualizados fueron los coches oficiales de la Armada que mencionamos en el párrafo anterior, pero no todos ellos.
Un miembro del club realizó su viaje de novios por toda Europa a bordo de un Renault Siete, recorriendo 8.000 kilómetros, 7 países y despertando la curiosidad y admiración de cuantos los vieron…. Descubre esta historia aquí:
https://www.motorpasion.com/clasicos/el-viaje-de-uno-de-nuestros-lectores-8-000-kilometros-por-europa-con-un-renault-7Los Renault Siete, derivados del Renault 5… pero no del todo.
Es indiscutible que la idea del Renault Siete parte de la del Renault 5, incluso con prototipos y diseños anteriores a que el Renault 5 saliera al mercado. Si a Renault Francia le hubiera interesado, podría haber sucedido que el Siete saliera antes que el 5. En cualquier caso, lo que decimos aquí es que el Renault Siete es un coche por sí mismo, un coche independiente que toma muchas soluciones de otro de su misma marca que fue diseñado a la par que él.
¿Es el Renault Siete un derivado del Renault 5? Sí y no. Sí, porque comparte la mayor parte de las soluciones mecánicas y el concepto del coche. Y no, porque no son una plataforma compartida como sí sucede con otros modelos.
Es decir, un Renault 9 comparte casi todo -plataforma incluida- con su derivado el Renault 11; un Ford Escort lo mismo con su hermano el Orion; y ya si hablamos de los Seat 124 y 1430 por supuesto las coincidencias son mucho mayores. En el imaginario popular, son modelos distintos, que todo el mundo sabe que son el mismo con variación de carrocería y detalles.
Pero ¿son el mismo coche un Renault 18 y un Renault Fuego? Todos pensamos que no… aunque compartan todo el espacio del vano motor, todo el concepto mecánico y muchas piezas de todo tipo.
El caso del Renault Siete respecto al Renault 5 estaría más en este último caso. Un Renault Siete comparte con el Renault 5 todo el subchasis delantero y el vano del motor, el capó, los faros, las aletas y el parabrisas delantero. También comparte las suspensiones y otras soluciones mecánicas del coche. Pero no la plataforma -o el chasis que se decía antes-.
El Renault Siete no compartía motor ni caja de cambios con el Renault 5, pues fueron diseñados específicamente para este modelo. Por el contrario, el Renault 5 (y el 6) heredaron tiempo después el motor de 1.037 cm3 del Siete. De delante hacia atrás, el Renault Siete no compartía con el Renault 5 la calandra, ni los pilotos, ni los parachoques, ni el panel frontal inferior.
Tampoco tenían la misma distancia entre ejes, lo que hace que no compartan el escape, las líneas de frenos o el tubo que abastece la gasolina. Evidentemente, el esquema de puertas es distinto, y sus manillas de apertura también. De nuevo, es el Renault Siete el que presta su esquema de puertas y pilar B a su coche hermano para que nazca el Renault 5 de cinco puertas.
El pilar C, el techo, las rejillas de aireación, los vierteaguas y la luneta trasera también fueron diseñados específicamente para el Siete. Y en lo más evidente del modelo, en el tercio trasero: el maletero, su tapa, paneles y pilotos también son específicos y exclusivos.
Y si nos vamos al interior… el salpicadero, el volante, los mandos de calefacción, el cuadro de instrumentos, las guanteras, los asientos, los apoyabrazos…. Un Siete por dentro es totalmente distinto a su coche hermano. Bien está saberlo para recordarlo cuando proceda.
El Renault Siete “casi” coche del año en 1974
El Renault Siete, el más español (junto con el Seat 133) de los modelos nacidos en los años 70, quedó en segunda posición en las votaciones de la prensa especializada en el concurso “Coche del Año en España 1974”. El Simca 1200 LS, en reñidísima votación se impuso por 921 puntos a 918, superando al Siete por apenas un 0,32%.
Un total de 33 periodistas formaban el jurado del premio, entre ellas destacados expertos como Sergio Piccione, el queridísimo Paco Costas o el gran piloto Jorge Babler. La igualdad entre los coches fue máxima, con todos ellos otorgando uno o dos puntos arriba o abajo a un modelo u otro.
Al final, la clave estuvo en el periodista de ABC Juan Pablo del Campo, que otorgó a 26 puntos al Simca 1200 LS, y puntuaciones muy bajas al resto de contendientes: 20 puntos al Seat 133, 17 al Seat 132 Diesel, y 19 al Mini Cooper y al Renault Siete, decidiendo así la victoria del Simca fabricado en Madrid. Los 8 puntos que otorgó a la “economía” del Simca (gasolina normal, pero casi 13 litros en ciudad y 10 en carretera) frente a los 5 que recibió el Siete inclinaron la balanza.
Y así, ahí queda, para la historia, esta agria medalla de plata para nuestro protagonista.
El Renault Siete y la inflación
El Renault Siete, compartió protagonismo en los 70 y los 80 con una variable económica que trajo de cabeza a los españoles: la inflación. Los precios subían y subían (afortunadamente también lo hicieron los salarios, en proporciones parecidas, aunque no llovía a gusto de todos…) y a esa subida le acompañaba, en ocasiones, la devaluación de la peseta frente al dólar y otras monedas europeas.
Lo de saberse de memoria lo que cuestan “mas o menos” las cosas es un hecho bastante más actual, y desde luego posterior a la entrada de España en la UE primero, y en el euro después.
La industria española actualizada cada poco el precio de sus productos, no les quedaba otra. Y en el caso del Renault Siete, las primeras informaciones de diciembre de 1974 nos dicen que se puso a la venta por 133.600 pesetas (impuestos aparte), aunque no sabemos si algún afortunado llegó a tenerlo por ese precio. Ocho años más tarde, en octubre de 1982, el precio oficial de los últimos Renault 7 GTL era de 591.736 pesetas, casi cuatro veces y media más.
Las matemáticas nos dicen que la subida acumulada en menos de 8 años para nuestro coche fue de un 442%. Y lo era, porque la inflación oficial de ese período, según el INE, fue solamente del 250%.
Eso quiere decir que, aun siendo otros tiempos, otras situaciones laborales, y otra España en comparación con la de ahora, el esfuerzo de un ciudadano medio para poder tener un Renault Siete o 7 era menor en 1974 que en 1982. En fin…
Redes Sociales
Hoy en día, la tecnología es la que permite el contacto entre personas con aficiones e intereses comunes. Sin la eclosión de Internet, difícilmente hubieran podido unirse el casi centenar de propietarios de un mismo coche, residentes en diferentes lugares de España, Europa, e incluso en algún caso, al otro lado del Atlántico… por ello, las redes sociales, administradas por el club, son la forma de contacto y de compartir inquietudes entre socios y aficionados, aunque el club no renuncia al contacto personal.
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